La utilización
masiva de la red ha hecho que los textos digitales se conviertan en
indispensable en todos los ámbitos de la actividad humana. Por otra parte, la evolución
de la tecnologÃa y la difusión de los dispositivos móviles conllevan una
ampliación de los soportes y de los contextos en los que leemos. ¿Cómo se lee
en la red? ¿Es igual leer un texto analógico que uno digital? ¿Es lo mismo leer
en una tablet que en un libro? ¿Qué habilidades especÃficas se requieren para leer
y comprender los textos digitales?
En una entrada anterior sobre comprensión lectora nos ocupábamos de cómo la red podÃa ayudarnos en el proceso de desarrollo de la competencia lectora con el uso de diferentes aplicaciones digitales que facilitan el trabajo con las diferentes estrategias de lectura. En esta entrada nos interesa, especialmente, remarcar la especificidad del texto digital. Es evidente que, muchas de las destrezas necesarias para la lectura de los textos analógicos, son las mismas que requieren los textos digitales pero también es cierto que estos últimos, por sus propias caracterÃsticas, exigen habilidades especiales que es necesario trabajar en el aula.
La lectura digital
La primera gran diferencia radica en las caracterÃsticas propias de los textos digitales. Leer en la red significa pasar de un texto plano, lineal, a un texto abierto, plural, que se desdobla en muchos otros textos; es decir pasamos del texto al hipertexto. El hipervÃnculo, que es el elemento que permite crear el hipertexto, ofrece un mundo de posibilidades de ampliación, aclaración, correlación..., que abre nuevos caminos a la lectura lineal pero que, por ello mismo, fragmenta y dificulta el proceso de lectura. En los textos digitales el lector se encuentra ante diferentes itinerarios posibles en la lectura por lo que es necesario fijar la finalidad de ésta y definir un itinerario de lectura en función de la misma...
Por otro lado, la red trae consigo la aparición de nuevos géneros textuales (entrada, "tuit", comentarios...), en nuevos entornos comunicativos (foros, redes sociales...), que poseen caracterÃsticas propias; son textos, por lo general, breves, fragmentados, menos definidos, multimodales, "remixeados", interactivos y cooperativos. A la hora de leer uno de estos textos hay que hacerse con las convenciones propias de cada uno de los géneros. Un "tuit", por ejemplo, tiene un léxico propio e incluso unos rasgos morfosintácticos condicionados por su brevedad. Asimismo, hay unas normas de uso y de cortesÃa sobre lo que significa "retuitear" o citar o agradecer, unido a un código icónico propio. Lo mismo sucede en la mayorÃa de las redes sociales. Una entrada de un blog no es lo mismo que un artÃculo de un periódico (el registro, la posibilidad de interacción...). Asimismo, las caracterÃsticas de los géneros textuales habituales se difuminan en su versión digital, se diluyen en cierta medida, con lo que es más difÃcil que el lector se pueda servir de sus conocimientos previos sobre los diferentes géneros para posicionarse ante el texto al comenzar la lectura. Una noticia en un diario digital pierde la distribución en columnas, ofrece la posibilidad de interactuar a través de los comentarios, da opciones de ampliación de la información a través de las etiquetas que nos llevan a otras noticias relacionadas, está rodeada de publicidad, banners animados, etc. que distraen la atención del lector.
Además, los textos digitales son con frecuencia textos multimodales, lo cual obliga a ampliar el concepto de alfabetización y de competencia lectora. Por una parte, el uso de elementos gráficos o icónicos puede apoyar el texto y ayudar a la comprensión, pero, por otro lado, en estos textos, el lector debe establecer el sentido de los diferentes componentes (sonido, imagen, texto...) y las relaciones entre ellos para construir el significado global.
Otra de las caracterÃsticas distintivas de la lectura digital es la posibilidad de la interacción. Asà pues, también el uso de la interacción debe ser objeto de reflexión en el aula: cómo utilizar los comentarios con sentido y con unas mÃnimas reglas de convivencia, cómo utilizar las posibilidades de compartir, "retuitear"... de forma consciente y crÃtica... De alguna manera, estas prácticas van configurando nuestra identidad digital en el sentido de crear una imagen pública de cuáles son nuestros intereses, nuestras opiniones, etc.
Además de todas estas caracterÃsticas de los textos digitales, es necesario tener en cuenta otro elemento decisivo que es la sobreabundancia de información generada en la red y la gestión eficaz de la misma. En este sentido, todos los procedimientos de búsqueda, selección y gestión de la información adquieren un nuevo carácter en la red y precisan de habilidades nuevas para poder hacer frente con éxito a los objetivos de la lectura. En la red, las formas de almacenamiento y de recuperación de la información, por ejemplo, necesitan de nuevas herramientas y habilidades que es necesario trabajar en todas las etapas de la escolarización.
Esta presentación intenta reflejar algunas de las ideas sobre la lectura en la era digital:
Ideas para el aula
Una de las situaciones más complejas en las que el alumnado se enfrenta a la lectura es la búsqueda y selección de información, y, actualmente, esa búsqueda se desarrolla, cada vez más a menudo, en la red. En este contexto, la búsqueda de información ha pasado de ser un problema por la dificultad de encontrarla, a serlo justo por lo contrario, por el exceso de información. La "infoxicación", como se ha denominado este fenómeno es, según Alfons Cornella "la intoxicación de información". El acceso a la información es muy fácil, todo se encuentra a un solo clic, pero también muy difÃcil de discriminar y gestionar.
Y si esto es un problema para los adultos, pensemos que puede suponer para el alumnado que, estando muy acostumbrado a moverse en entornos digitales, no tiene sin embargo desarrolladas las competencias para una búsqueda y selección de información eficaz. Es responsabilidad de la escuela desarrollar también estas competencias en el aula. ¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestro alumnado en las tareas de búsqueda de información?
Por otra parte, la selección de la información, incluso cuando se trabaja con fuentes analógicas y bien delimitadas, es difÃcil para el alumnado. La dificultad se amplÃa cuando, sin ningún criterio, accede a una página por ejemplo de Google. En este caso, además de trabajar, como en cualquier situación de lectura, los diferentes procesos lectores, debemos hacer un trabajo especÃfico para que el alumnado pueda discriminar cuáles de esas fuentes pueden ser adecuadas para su objetivo.
Ofrecerles criterios e instrumentos para discriminar las páginas (fiabilidad, selección de contenidos, actualidad, navegabilidad, legibilidad, adecuación al destinatario). Este tipo de actividades puede dar ideas para el aula.
Hacer actividades en clase para analizar diferentes páginas aplicando esos criterios y seleccionar las más adecuadas (lectura crÃtica).
Existen en la red ejemplos de actividades como las webquest o las cazas del tesoro, por ejemplo, que pueden ser muy rentables para trabajar estos procesos-, pero podemos encontrar también otro tipo de actividades o materiales adecuados para ello.
Los cambios que la red ha producido en el acceso a la información traen consigo también la dificultad y, por ende, la necesidad de gestionarla, saber cómo guardarla, clasificarla eficazmente para poder reutilizarla. En estas tareas la red, por su parte, nos ofrece diferentes herramientas, como las aplicaciones para guardar los favoritos on-line (Diigo, Mister Wong, Delicious...) o los lectores de RSS (Feedly...).
El uso de los marcadores on-line que, además, permiten la organización de las referencias a través del etiquetado y la creación de grupos para compartirlas son imprescindibles ya en el uso de la red. Crear registros en Diigo, por ejemplo, para que el alumnado, por grupos, guarde las páginas que va seleccionando para un proyecto concreto de trabajo, y discutir con él los criterios para seleccionar y organizar las referencias de internet a través de estas herramientas es un aprendizaje básico de gestión y tratamiento de la información. El uso del etiquetado, decidir qué etiquetas y por qué van a utilizar puede ser una tarea muy interesante para desarrollar algunas de las operaciones de comprensión lectora.
En resumen, no es posible seguir enseñando a leer los textos digitales como si fueran analógicos. Enseñar a leer en el siglo XXI, en la era digital pasa por enseñar a leer textos digitales, reales, en red... y por tener en cuenta sus caracterÃsticas propias. Habrá que adiestrar al alumnado a leer en este tipo de textos dándoles conocimientos y herramientas para desarrollar una lectura estratégica y eficaz, estableciendo más que nunca objetivos muy claros e itinerarios bien planificados, asà como aplicando las estrategias de lectura (antes, durante y después) de manera significativa en estos nuevos contextos.
En estas referencias podéis encontrar más ideas sobre este tema:
Material didáctico sobre lectura (Leer.es)
Material sobre lectura (Leer.es)
BibliografÃa
Cassany, D. (2012), En_lÃnea. Leer y escribir en la red. Barcelona: Anagrama.
Pérez Esteve, P.; Zayas, F. (2007): Competencia en comunicación lingüÃstica. Madrid: Alianza Editorial.
Solé, I. (1992). Estrategias de lectura. Barcelona. Graó. ICE 137.
Zayas, F. (2009). "Escribir y leer en la red: nuevas prácticas discursivas", en Lara et al. Barcelona: Octaedro, pp. 39-68.
Zayas, F. (2012): La competencia lectora según PISA. Barcelona: Graó.